La definición más ortodoxa del Reiki, sería: “Es un sistema de canalización de energía”.
KI: es la energía y fuerza vital. Es la energía activa del universo.
REI-KI, significa en japonés “KI del espíritu o del alma”. La fuerza vital Universal. La fuerza de la creación. En diversas culturas, les han llamado con distintos nombres como: Prana, Chi, Maná, Energía de Luz, Fotónica, Bioplasma, Aikido, Bioenergética, Orgónica.
Todo lo que tiene vida contiene KI y lo irradia. Científicamente está demostrado gracias a los flujos de energías plasmadas en la fotografía Kirlian y en los trabajos del Dr. Korotkov de la Universidad de Moscú.
Toda energía universal, repercute directamente en cualquier forma, y especialmente en los seres animados: humanos, animales y plantas. El Reiki, por mediación de una técnica, proporciona el restablecimiento de la energía vital o “ki ” a cualquier nivel. Por tanto, nos equilibra tanto mental, emocional y/o físicamente, ya que su función es la de absorber y dirigir la energía universal hacia determinados puntos. Muchos son los que han definido el Reiki, como un método de curación. En parte es cierto, pero recordaremos siempre que no somos nosotros los que sanamos, sino que somos unos simples intermediarios entre la Energía Universal y la persona que la recibe.